"El Aro", un hito en el cine de terror

Una cinta de contenido perturbador se reproduce y, siete días después, una niña muerta sale de la imagen televisiva de un pozo para matar a las personas que miraron al vídeo. La película "The Ring", traducida al español para "El Aro", fue uno de los terrores psicológicos más famosos de los años 2000. Éxito de crítica y público, no hay un fan del género que nunca haya tenido pesadillas con Samara Morgan y aplaudido los sustos guiados por la dirección de Gore Verbinski.


El clásico del inicio del milenio tiene como protagonistas a la periodista Rachel Keller, interpretada por Naomi Watts, y su hijo de ocho años Aidan (David Dorfman). La trama de la película se abre con la periodista tratando de descubrir la causa de la muerte de una pariente cercana, y encuentra la cinta responsable. En el proceso de investigación, ella y su hijo acaban asistiendo a la cinta y reciben el llamado: ellos deben morir en siete días. Ahora, Rachel necesita descubrir cómo salvar la vida del hijo y huir del espíritu de Samara Morgan, que está cerca de matarlo.


Samara Morgan es la inolvidable villana de la película "El Aro". Con un aspecto necrosado, ella sale de la televisión mojada y con los largos cabellos tapando el rostro para buscar a sus víctimas. Cuando era niña, Samara fue adoptada por la familia de Morgan. Su madre adoptiva, alegando que la niña era maldita, la ahogó con una bolsa y la lanzó en un pozo, lo mismo que aparece en el vídeo.


Toda la historia de la película está muy bien atada. A pesar de tratar de lo imposible, el autor del guión puede responder a cada pregunta del espectador. La villana, diferente de lo que sucede con muchas películas de terror, tiene la personalidad construida y recibe la empatía de quien mira a “El Aro”. Una obra maestra, un clásico del cine de terror que, a pesar de sus pésimas secuelas, merece un remake bien hecho.

Un remake porque, si usted es uno de los fans de "El Aro", pero no lo ha visto de nuevo la película en los últimos diez años, cuando vea de nuevo, va a sentir mucha diferencia. Si usted es uno de los pocos habitantes del Planeta Tierra que no conoce la historia, va a extrañar algunas escenas. Al final, la trama de la cinta mortífera es una de las películas que no han podido resistir a la obsolescencia causada por el tiempo, de los avances tecnológicos y de los efectos visuales: una de las tareas más difíciles para películas terror.

Partimos por el detalle de que la cinta que debe ser vista para morir en siete días es una cinta de cassette, que ni los millenials llegaron a conocer. El contenido y el montaje de la cinta, que deberían ser perturbadores, son posibles de ser creados en el software más simple de edición de vídeo de hoy. Buena parte de los sustos continúa, pero mucho del era super perturbador hace diez años, ya no es. Otro factor que influye mucho es el maquillaje, que podría ser mucho mejor hecho. Ni siquiera la buena actuación de Naomi Watts logra que se mantenga el horror de principios de siglo.

"Pero siempre estropean todos los remakes, y ya han hecho pésimas continuaciones"

La buena profundización en la personalidad de los personajes, el guión muy bien construido y el constante inédito de la historia la colocan como un posible éxito de remake. El público de hoy es más escéptico, y tendría que tener una inversión rigurosa en efectos visuales. Pero estamos viviendo un momento en que se buscan los remakes, aunque estos no hayan sido el éxito que se esperaba. Y, por la historia de "El Aro", existe una tendencia a terminar mucho más espeluznante que los últimos "Eso" y "La Bruja de Blair".

Recordando que la primera película ya es un remake occidentalizado de la película de terror japonesa de 1998, Ringu, que a su vez se basó en la novela Ringu de Kōji Suzuki. Las secuelas, sin embargo, fueron de creación de los estadounidenses. Una pésima idea, y películas de calidad muy inferior en guión y dirección si se comparan con lal primera.

Lo más difícil será mantener la calidad de los actores principales, que hicieron un gran trabajo, incluso en las pésimas secuelas. Naomi Watts merece todos los aplausos, pero quien llama más atención es la actuación de David Dorfman para Aidan.

Por Camila Ignácio

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