AVENTURAS DE INVIERNO: EL EMBALSE EL YESO
Si eres de Santiago o si te estás hospedando en la región y buscas contemplar los mejores atractivos de esta, debes darte el tiempo de conocer si o si el Embalse el Yeso ubicado en el Cajón del Maipo a 2500 metros sobre el nivel del mar y a solo dos horas de la Capital.
El Embalse el Yeso es la principal reserva de agua de Santiago y sus 253 millones de metros cúbicos de agua con una hermosa coloración turquesa resplandeciente en verano y en invierno esa misma coloración más el reflejo de las montañas nevadas que la rodean, lo vuelven un paisaje imperdible para cualquier estación del año.
| Embalse el Yeso. Invierno 2017. Fotografía: Janis Gutiérrez. |
Si te gusta la nieve, pero no puedes darte el lujo de ir a los principales centros de Ski del país, el embalse el yeso es la mejor opción en cuanto a precios se trata. Hay variadas agencias turísticas en Santiago que realizan salidas al lugar y sus costos varían entre los $10 mil y $20 mil pesos chilenos.
Por otro lado se puede llegar en auto particular, lo que termina siendo mucho más cómodo cuando se va en familia, pero que también tiene sus riesgos.Si eres de los que optan por viajar en auto propio, como yo, debes tener claro que el camino para llegar no es nada fácil, si bien es más cómodo, ya que puedes bajarte donde quieras para apreciar la belleza del lugar y respirar aire puro, el manejar es agotador, las curvas vienen una tras otra con subidas empinadas y sectores completamente congelados y resbaladizos y otros en los que barro es el principal protagonista, así que, si eliges ir en auto procura que no sea liviano o pequeño y ten en cuenta que al volver a la capital deberás lavarlo.
| Salto de agua en medio del camino. Fotografía: Janis Gutiérrez |
En mi experiencia la mejor hora para comenzar la travesía es a las 8 de la mañana, ya que no hay tráfico y la subida es más expedita, no te topas con ningún auto bajando, lo que es un verdadero alivio porque en muchos sectores el camino es de solo una vía.
| Camino hacia el Embalse el Yeso. Fotografía: Janis Gutiérrez |
Si quieres ahorrar y no pasar malos ratos lo mejor es llevar comida propia, porque en cuanto pasas por el último pueblo - San Gabriel - ya no hay nada más para comprar comida hacia arriba, al menos no decente y realmente a las 9 am no hay NADA abierto, así que a no ser que vayas más tarde no encontrarás donde comprar.
Cuando me quedaban aproximadamente 10 km para llegar a destino, a un lado de la vía había una especie de local con “comida al paso”, el último local del camino. Había llevado un hervidor con café, pero no pan, porque pensé en comprar pan amasado en algún pueblo durante el trayecto. Mala idea, no había nada abierto, excepto este local, que se ubica en un lugar donde ya no viven personas.
Al ser el último local y el único abierto, la mayoría de las personas se estacionan y pasan a comprar algo ahí. Al menos así fue ese día, ya que habían alrededor de 15 autos aparcados. Fui una de las que compró y mi sorpresa no fue grata cuando quise morder un pedazo de pan. Fue el pan más añejo que he probado en mi vida. Realmente malo. Lo único que destaco del local es que tenían baños, los últimos baños del camino, así que si vas camino al embalse y ya pasaste todos los pueblos, los baños de este local son tu única opción.
El embalse el Yeso es un lugar muy visitado y que se llena de autos, por lo que por seguridad debes estacionar a al menos 4 o 5 km del embalse en sí y de ahí seguir el camino a pie.
En cuanto bajé del auto supe que nada sería fácil, el camino estaba congelado y veía a las personas pasar ‘patinando’ o ‘de poto’, porque en un camino tan congelado nadie se salva de una buena caída.
Comencé mi travesía por el sendero congelado y para mi sorpresa, a pesar de los más de 10 mil tropezones, no me caí, pero si piensas que la subida es lo peor, la bajada lo es mil veces más. Cuando creí que había salido invicta de aquel lugar, porque ya estaba por terminar el camino de hielo, me fui de espaldas y terminé tirada en el sendero. Me tuvieron que ayudar dos personas para poder ponerme en pie de nuevo. Así que si vas, cuidado con el sendero, se ve menos peligroso de lo que realmente es.
Cuando ya bajas del sendero congelado te encuentras con la nieve. Nieve en gran cantidad con la que puedes seguir disfrutando si tu objetivo es jugar con ella, aparte de deleitarte con el paisaje del embalse.
| Muñeco de nieve hecho por mi. Fotografía: Janis Gutiérrez |
Ahora demás está decir que hay que llevar lentes de sol y ropa abrigada para el clima porque eso lo saben todos, pero como consejo, no exageren con la ropa. Con la subida y los juegos en la nieve el frío se quita rápidamente. Al menos a mi me dio calor, pero debo reconocer que estaba ‘más abrigada que hija única’, con dos chaquetas encima. Así que, sean conscientes y si van, háganlo abrigados, pero sin exagerar como yo.
| Mapa de cómo llegar. |
Por Janis Guitiérrez.

El hecho de que se hable tanto de Embalse el Yeso hace que no me den ganas de visitarlo, porque no sería para nada algo novedoso ir a un lugar que casi cada santiaguino conoce. Sin embargo, este artículo me hace ver que por la cercanía ir es algo que resulta sencillo y en realidad no se pierde nada visitándolo. Gracias por los consejos, se ven muy útiles y los tendré presentes si llego a conocerlo.
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