Especial de Halloween, el duro recorrido a ‘Estación Zombie’
Ya estamos en vísperas de Halloween y más de alguien te ha
propuesto algún panorama para estas peculiares fechas, pero si es una película
lo que está en tu lista de “cosas que hacer”,
te aseguro que “Estación Zombie” es una de las opciones que no
deben faltar.
Es curioso, pero ¿Alguna vez
has visto alguna película de zombies
“enserio”? En su mayoría, las tramas caen en lo absurdo, en la comedia y en lo
exagerado. Ejemplo de esto son obras como “Shaun of
the dead”, “The return of the living dead” o “Dead Snow”,
entre otras, que nos muestran una aparición de muertos estúpidos y lentos y con
una cantidad de sangre desorbitante.
Sin embargo, una vez que los "muertos vivientes" se convirtieron en un
elemento más para las películas de acción, como es en el caso de Resident Evil o Guerra Mundial Z, es
cuando logro encontrarme con una película que para mí, diferencio el camino
entre lo absurdo y la acción.
“Tren
a Busan”, o “Estación Zombie”
(nombre adaptado en España) es una
película de terror surcoreano, dirigida por Yeon Sang-ho, resalta por
sobre a adaptaciones de apocalipsis zombie
como “Guerra
Mundial Z”, “REC” o “Resident Evil” cuyos protagonistas siempre acudían
a armas, al ejercito y donde toda la historia se trataba de una sola cosa:
correr, sin embargo, los surcoreanos me sorprendieron al dejar espacio para más
elementos que logran darle sentido y emocionalidad a la trama. Sí
emociones.
Un poco más de realismo
Primero, nuestros personajes
principales no son grandes atletas, ni se manejan con armas.
La historia se centra en
Seúl, donde Seok-woo personaje principal y gestor de fondos, acude a un tren
junto a su pequeña hija Soo-an a visitar a su madre que vive en Busan.
Lo interesante de ambos
personajes es que son lo bastante comunes y corrientes como para lograr
empatizar, a mediados de la historia, con ellos y en donde sus problemas
cotidianos logran vislumbrarse y verse superados en cada uno de los obstáculos
que se les presentan en la trama y en donde te demuestran que no es necesario
ser Brad Pitt, con grandes músculos y contactos influyentes en el ejército o
alguna rama armada para poder hacerlo.
Quizás este elemento lo
hemos visto materializado en las sagas de REC, pero como decía, este es el “gran apocalipsis zombie”, por lo tanto,
estés donde estés tendrás que hacer uso de tus pocos dotes deportivos y correr
como puedas., momento que se ve reflejado en la aparición de secundarios
claves: unas abuelitas e incluso, un vagabundo.
Si bien mi género menos
favorito es el que incluye a estos “cadáveres vivientes”, lo que he vislumbrado de las
grandes películas de estos, es que ninguno contempla a personajes de la tercera
edad, a no ser que estos ya estén “infectados”, algo que nos da tiempo para
desarrollar algunas aristas más interesantes que nos puedan ofrecer para dar
forma a la trama.
El melodrama
Este elemento es algo
extraño para una trama que tiene muchos nudos que resolver. En las películas de
este tipo, por lo general tratan de incorporar la mayor cantidad de información
posible. Primero están los personajes, relatándonos quienes son, por qué están
allí y su desarrollo emocional conforme a la historia avanza. Luego están los
zombies, por qué están allí, de donde salieron, como se propagó la condición.
"Estación Zombie" intenta
someterte más a los personajes que los mismos villanos de la historia, haciendo
incluso algo más inteligente: nos da vuelta la trama, en donde los muertos
vivientes no son nuestros verdaderos antagonistas. Pero ¿Quiénes mas podrían
serlo? Simple. Nosotros mismos somos los villanos.
Los “zombies” se convierten en un factor más para el desarrollo de la
desesperación, la perdida de la humanidad y la violencia, volviéndonos unos
contra otros para sobrevivir, y no “uniéndonos para sobrevivir”, como es el
caso de varias películas conocidas.
Por supuesto que como en
toda línea argumental, nuestros personajes tendrán aliados, pero que
combatirían estas amenazas con objetos simples como las ideas de envolverse los
brazos y piernas con las revistas del tren para poder sobrepasarlos o con la
aparición del infaltable “bate de beisbol”, que extrañamente es infaltable en
las películas de este tipo.
Relación padre e hijo
Este es un punto muy
destacable y uno que en lo personal, me gustó mucho en este filme.
Seok-woo, nuestro
protagonista, es un hombre separado de su esposa e intentando criar a la
pequeña Soo-an, con quien desde un principio se establece que no hay buena
comunicación, y con quienes de inmediato logras ver el cambio y la evolución
del vínculo que se creía roto.
El coreano se convierte en
el héroe de esta historia, pero por razones muy distintas a las de salvar el
mundo, encontrar una cura o dar con un refugio, lo que hace que la trama sea
angustiante pero dinámica a la vez ya que cumple la misión de insertarte en la
vida de este grupo de surcoreanos desafortunados y con quienes pueden
importarte la muerte que tengan.
Así mismo, el concepto del
sacrificio es otro tema que se tiene muy presente a lo largo de la trama, lo
que genera sentido a las muertes de varios personajes.
En definitiva, este filme no
abusa del excesos de maquillaje ni sangre y no presenta el recurso de “mientras
más pus, mejor es el zombie”, no hay comedia, pero si drama, suspenso y buenos
efectos especiales, lo que hace de esta película, en mi opinión, bastante buena.
Sin embargo, hay ciertos
nudos que no dejan de hacerme ruido en cuanto a falta de información para
explicar ciertos sucesos de la trama.
En fin, es una película que
deja espacio para emociones, para suspenso y para encariñarse con algunos
personajes y sorprenderte con algunos caminos por los que termina desviándose
“Tren a Busan”.
Puedes disfrutarla en
aplicaciones como Netflix y en sitios web de internet.
TRÁILER
Por María José Sandoval.
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