Los Ángeles: un lugar de relajo y tranquilidad
Durante mi infancia conocí y viajé por muchísimos lugares de chile, principalmente de la parte sur, ya que en aquellos lugares tengo muchos familiares - afortunadamente- entonces se nos hacía más fácil y más barato a mi familia y a mi viajar y quedarnos por varios días en esos lugares.
Es por estos viajes familiares que puedo decir que conozco gran parte de nuestro largo y delgado territorio, desde Antofagasta hasta Hornopiren que queda a unos 200 km de Puerto Montt, la verdad es que me considero bastante afortunada en ese aspecto, ya que no todos tienen la oportunidad de hacerlo.
Uno de los lugares que acostumbraba a viajar durante mi infancia era a Los Ángeles, región del Bio Bio, ya que nos quedaba de paso para nuestro destino final que generalmente era la novena región, por lo que pasabamos algunos días. Lo primero que se me viene a la mente cuando recuerdo este lugar, es la Laguna Esmeralda, que para ese entonces la consideraba casi como un lago por lo grande que la encontraba. Siempre recuerdo que con mis papás y mis dos hermanos llegábamos caminando desde el lugar en donde nos quedábamos, ya que al ser una ciudad más bien pequeña, las distancias son bastante más cortas que otros lados -como en la mayoría de las ciudades del sur y muy contrario a Santiago- al llegar lo primero que hacíamos, era subirnos a unos botes para recorrer esta laguna, panorama que hasta hora me parece muy entretenido, la verdad.
Luego de este pequeño paseo - que era algo que teníamos que hacer sí o sí en cada visita-, nos quedábamos por los alrededores jugando con mis hermanos en un parque que quedaba al lado y comíamos alguna golosina como algodones de azúcar o manzanas confitadas que eran mis favoritas pero que al rato nos hacía doler un poco el estómago.
Los Ángeles es un lugar que en sí no posee muchos atractivos turísticos -uno cuando es más grande se da cuenta de ciertas cosas que antes no parecían tan importantes- pero si es un lugar bastante tranquilo y adecuado para descansar. Como no habían muchos lugares para ir, con mi familia recorrimos bastante los alrededores, por ejemplo íbamos al Salto del Laja. La verdad es que no tengo muchos recuerdos específicos de ahí, lo que si recuerdo es que quedábamos bastante empapados por el agua que saltaba, cosa que no era nada de malo, ya que como íbamos en verano yhacía bastante calor.
Hace unas pocas semanas atrás fui nuevamente, después de mucho tiempo no haberlo hecho. La verdad es que sigue igual que como lo recuerdo, un poco más moderno que antes, pero igual de tranquilo.
Ahora conocí lugares a los que antes no podía entrar y la verdad ni siquiera sabía que existían, porque o no me importaba o sencillamente era cosa “de grandes” como los bares y demases que ahora no van al caso. Ahora volví a reencontrarme con Los Ángeles a conocerlo nuevamente, pero con una mirada más adulta. Como ya lo decía anteriormente, no tiene muchos lugares turísticos, por lo que están pensando en visitar este lugar, tendría que ser más bien para pasar un tiempo de relajo y descanso, para eso queda totalmente recomendado, pero si quieren ir para carretear, salir de fiesta y recorrer mucho, es mejor que cambien su destino a otros más cercanos, como Concepción o Temuco.
Por Belén Saldías
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