Para patinar un finde
Llevo un poco más
de 6 años andando en skate y como buena deportista necesito salir a mover las
patitas en mis ratos libres, sobre todo los fines de semana y elegir un buen
lugar para poder practicar mí preciado deporte es tarea de cada viernes por la
noche.
Si bien quiero
hablar sobre un lugar que es uno de mis favoritos, lo menciono porque logra
atraer a todas las personas, ya que es una de las principales áreas verdes de
la ciudad de Santiago.
Así es, hablo del
Parque Araucano, el cual cuenta con 22 hectáreas ubicadas en la comuna de las
Condes. Comprenderán la travesía que
significa para mí atravesar casi todo Santiago (Desde Independencia) para
llegar hasta este lugar. Supongo que lo vale.
Entre todo este
terreno se puede encontrar pastos en los que se puede caminar descalzo sin
preocupaciones, debido al buen cuidado que le dan, juegos para niños, un sector
de aves donde hay desde los típicos pajaritos tiernos y chillones hasta un pavo
real (Sí, un pavo real), más pasto,
sectores para hacer picnic y jugar un rato a la pelota con los amigos y, lo más
importante, un skatepark que cuenta con todo lo que un skater necesita, quiere
y debe tener para poder progresar y disfrutar sobre la tablita.
¿Por qué considero
que es un buen lugar para patinar? Fácil, la construcción de este skatepark
está bien hecha y se puede notar en la calidad de los cajones, las barandas,
escalones y los demás obstáculos que se encuentran acá.
Desde el más pequeñito motivado puede venir a darse vuelo a este lugar, ya que no todo el skatepark cuenta con la misma dificultad, ideal para aprender y luego poner en práctica en los obstáculos más difíciles.
Piso liso, sin
piedritas que interrumpan nuestra patinada, evitando frenar de golpe y caer al
suelo.
Lo que más
agradezco de este lugar es que uno puede protegerse del sol en verano, debido a
que el lugar está lleno de árboles por todos lados, dando sombra incluso en los
spots donde uno quiere practicar un nuevo truco, cosa que no todo skatepark
tiene, un lugar de descanso con sombra y agua incluida.
El ambiente es
grato y se nota la calidad del lugar, por algo llegan muchachos de todos lados
de Santiago. Es habitual que se tomen el tiempo necesario para llegar a este
lugar porque lo vale y es aquí donde uno tras varios meses viniendo a patinar
logra ver caras ya conocidas y se establecen muchas relaciones de amistad.
Después de su
merecida sesión de skate y cuando el cansancio ya llega a los pies, el pasto es
abundante, por lo que puedes rodar si así lo deseas por el resto del parque
araucano.
Por lo demás, es
bastante tranquilo y en los alrededores se puede encontrar muchos lugares donde
comprar comida, tiendas comerciales, supermercados y todo lo que uno pueda
imaginar.
Vale la pena
pegarse el pike sea donde sea si uno
quiere descansar, relajarse y disfrutar de todo lo que entrega este parque, así
que si tiene tiempo y anda por los barrios altos de Santiago, los invito a que
se den una vuelta a pata pelá’ si así lo quieren.
Por: Jorkhina Polanko
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