“Sense8” 2: Teletransportarse a la pantalla
Si algo no podemos negar, es la increíble irrupción que ha tenido Netflix en nuestras vidas. Es el mejor acompañante nocturno cuando el carrete no apañó o cuando simplemente procrastinar es tu prioridad. Una simple plataforma de streaming nos volvió esclavos de nuestras pantallas y no me quejo.
Y es quizás eso lo más fantástico. La buena ficción nos hace viajar por el mundo, por sensaciones e historias que podemos revivir cuando queramos, tanto así que internamente deseamos estar en el mismo lugar que los personajes. Eso es lo que nos regala la serie Sense8.
La primera temporada fue estrenada en 2015, sin tener mayor repercusión mediática, si lo comparamos con Stranger Things o 13 Reasons Why. Sin embargo, sumó una fiel cantidad de adeptos, quienes esperaron ansiosos su retorno. Como no hay deuda que no se pague, el 5 de mayo ya estaban online los 10 nuevos capítulos que traían de vuelta este fascinante argumento.
Para contextualizar, Sense8 se basa en la historia de 8 personas diferentes, divididas alrededor del mundo. Will (EE.UU), Riley (Islandia), Capheus (Kenia), Sun (Corea del Sur), Lito (México), Kala (India), Wolfgang (Alemania) y Nomi (EE.UU) viven sus vidas relativamente normal, hasta que comienzan a visualizarse entre ellos…mentalmente.
Es así como descubren que tienen una conexión psíquica que les permite adquirir habilidades del otro, o conversar entre ellos cuando están en problemas. Es ahí cuando empiezan a buscar respuesta a este fenómeno, hasta descubrir que hay una gran mafia de sensates tras de ellos. Este es el punto donde parte la segunda, con los personajes mucho más desorientados y con problemas que se siguen agravando.
Pero esta serie tiene una característica distintiva: el factor humano. Hay muchas producciones que buscan generar una relación de empatía entre los protagonistas y la audiencia, con bueno o malos resultados, que en este caso sería el drama lo que mejor se da.
Desde un principio te integran a la vida de cada sensate, sobre todo en lo que respecta las barreras que han debido superar para llegar al lugar donde están. Situaciones de rechazo familiar, violencia, pobreza y machismo, entre otras, se muestran de forma fidedigna a la realidad, que repercuten de sobremanera en la sociedad.
Caso aparte es lo que sucede con el tema de sexualidad, siendo esta quizás una de las series que mejor lo trata. Nomi es una mujer abiertamente transexual, que ha luchado contra la discriminación toda su vida y Lito es un homosexual reprimido socialmente por su famosa carrera de actor, donde interpreta al clásico estereotipo hetero.
Durante la segunda entrega, no sólo ellos logran liberarse sexual y públicamente, sino también se hace énfasis en que el sentimiento de satisfacción y felicidad lo siente todo el grupo. Esa misma sensación de emancipación traspasa la pantalla, como si el espectador igual pudiese disfrutar con ello. Y lo pasan bastante bien.
Pero no todo es color de rosas en la vida. Las relaciones de pareja que se viven en la trama son significativas en varios aspectos. Por un lado, definen en parte el carácter de cada uno, por lo dañinas o difíciles que son –como el caso de Kala, Wolfgang, Will y Riley-, mientras que por otro se muestran como un pilar de apoyo fundamental –como Lito, Nomi y Capheus-.
Asimismo, quien llega a su propio climax es Sun, que está encarcelada por culpa de su hermano. Gracias a los sensates ella vuelve a sentirse insubordinada, como si viviese constantemente en un sueño. Al desconectarse de los viajes cae en la soledad y desesperación, una y otra vez, arrastrándonos a la fría conmoción del encierro.
Cada personaje está encerrado en sus ángeles y demonios, ya sea por ser quien eligieron ser o por arrastrar un pasado indeseado. Son envolventes en cada minuto, porque a pesar de todo, manifiestan ser buenas personas. Ya no están solos en este mundo, algo que muchas veces temieron.
Sense8, más allá de la seductora y novedosa historia psíquica, muestra la existencia del día a día. No se refugia en el simplista cliché de vida americana, sino que tiene una mirada global, enfrentando 7 culturas diferentes con personajes disímiles. Aunque Netflix haya decidido cancelarla y realizar un roñoso final de dos horas –aun con todo el material que pudo haber dado-, sólo queda dar gracias. Gracias por llevarnos a recorrer el mundo.
Por Nathalie Troncoso

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