The Intouchables: Drama, comedia y amistad a la francesa

Por Lía Valdés Manríquez

La primera vez que vi The Intouchables fue en un bus de vuelta a Santiago desde el litoral central, raro por decirlo menos, la calidad de las películas que suelen transmitir en los estos viajes no son del estilo de esta. Pero tuve la suerte de subirme al “bus de las películas de calidad” suerte que duró hasta el momento en que llegamos al terminal, apagaron el televisor y me quedé sin ver el final.

¿Qué podía hacer? Lo obvio, recurrir al fiel Google y escribir algo así como “película francesa donde sale un negro y un tetrapléjico que se parece a Robert de Niro” (aunque todos dicen que se parece a Dustin Hoffman, sigo firme en mi postura) y la encontré, pude ver el tan esperado final y desde ese día la he visto en repetidas ocasiones, varias de ellas mientras obligo a amigos o familiares a verla “porque es muy buena”, hasta hoy sin recibir una opinión negativa.

The Intouchables es una película francesa que cuenta la historia de Phillippe (François Cluzet) un aristócrata que luego de un accidente queda tetrapléjico y Driss (Omar Sy) un joven migrante recién salido de la cárcel que busca recibir una pensión por cesantía. La película está basada en una historia real, entra en la categoría de drama y comedia ¿no suena muy cómica o sí? Bueno, si usted es de los míos y arruga la nariz al enterarse que es una película francesa, no se equivoque, aquí no va a encontrarse con la siutiquería tan propia de las películas oriundas de aquel país de Europa.


El filme permanece a una tremenda distancia de otra “joya” francesa como Amelie, acá no se va a encontrar con la reina de los hípsters y sus problemas de sociabilización. No, acá se va a encontrar con seres humanos (normales) viviendo el día a día, más bien aprovechando el día a día para aprender y experimentar cosas nuevas. 


Pero The Intouchables no deja de ser un reflejo de Francia, en sus personajes secundarios está esa delicadeza y la elegancia tan propia de ellos, y que entrega la esencia a la película que si fuera de otro país, perdería la magia. También es capaz de reflejar otra Francia, la de la pobreza, la delincuencia, las poblaciones marginales, la droga, el desempleo y la explotación laboral. A pesar que la película se desarrolla en una mansión y uno de sus protagonistas es un millonario, en ella la alta sociedad es vista de forma distante, desde la otra vereda, es eso la que la vuelve tan cercana y liviana para el público común.

Driss tiene una personalidad, irreverente, distendida e irrespetuosa que llama la atención de Philippe, cansado de la eterna compasión que recibe desde sus cuidadores y decide contratarlo. La película avanza en la preparación de Driss como cuidador y su adaptación a un mundo que no conoce, así como la adaptación de Philippe a las locuras y nuevas costumbres que su cuidador trae consigo.

El cuidador lleva a la mansión su alegría y consigue que sus compañeros se contagien de esta, así como su propio jefe, que a pesar de las advertencias de su amigo Antonie (Grégoire Oestermann, y aquí no me pueden negar que es igual a Kyle MacLachlan) sobre los antecedentes penales de Driss, no da pie atrás en su decisión.

Además de relatar una historia real -una amistad entre personas de mundos diferentes- esta película sabe cómo hacerlo. Logran destacar lo que pretenden, la irreverencia de Driss, el intelecto de Philippe, que no solo es eso, es un hombre que vive al límite y sólo recordó esa parte de su personalidad al convivir con Driss.

El soundtrack de la película además, que comienza con September de Earth, Wind & Fire, cuenta con un variado repertorio en el que Earth, Wind & Fire está entre los más destacados, hasta el punto de situar Boogie Wonderland entre las más escuchadas en Francia luego su estreno.

Actualmente se está realizando un remake estadounidense de la película protagonizado por Bryan Cranston y Kevin Hart, porque claro, la incapacidad de los gringos de leer subtítulos sumado a su nulo interés por conocer culturas diferentes los empuja a realizar un remake de cada película extranjera exitosa que se estrene en los cines. A pesar de contar con el gran Bryan Cranston díficilmente una película hollywoodense va a lograr lo que la original, porque siempre es mejor la original.


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