Death Grips: la desobediencia en la industria musical

Por Pablo Rodríguez
Death Grips es un grupo de hip-hop experimental procedente de California formado el 2010. Este trío se caracteriza por la potencia en sus letras y sonido, siempre fieles a lo irreverente.  
Son controvertidos, ya que rompen con lo que es el rap y hip hop tradicional, lo que es criticado por los más conservadores del estilo. Son un grupo que tiene clara la diferencia entre imitar e innovar.  
MC Ride (Stefan Burnett) es el encargado de llenar esta música con versos, rimas y violencia (un híbrido entre Henry Rollins y DMX), mientras la acelerada batería de Zach Hill marca el beat de las densas pistas de Andy Morin, ingeniero de sonido de los Death Grips.
La agrupación firmó con el famoso sello discográfico de Epic Records (Sony) el 2012, y ese mismo año lanzó su primer álbum, The Money Store, el cual hizo que la relación entre los artistas y la compañía fuera algo fructífero.
Sin embargo, ese mismo año Death Grips publica su segundo álbum, No Love Deep Web (NLDW), de manera online, gratuita y sin la autorización de Epic Records.

El día previo al lanzamiento del polémico trabajo, la banda posteó en su página de Facebook: “The label wouldn't confirm a release date for NO LOVE DEEP WEB until 'next year sometime'. The label will be hearing the album for the first time with you.”
Diez horas después, los Grips lanzaron el album bajo la licencia de Creative Commons Attribution 3.0 (una alternativa al copyright, el cual ofrece al autor de una obra una manera simple y estandarizada de otorgar permiso al público en general de compartir y usar su trabajo creativo bajo los términos y condiciones de su elección). La agrupación permitió que el álbum se compartiera de manera libre, pero sin ser usada con fines comerciales no autorizados.
Es así cómo la  banda, decidió filtrar en Internet el trabajo completo junto las letras y un artwork bastante especial y NSFW (el pene de Zach Hill se encuentra en la portada). Los motivos reales sólo los saben la banda y la discográfica, pero la versión oficial es que Epic, quería retrasar el lanzamiento a 2013.
Pero ¿Por qué Death Grips logró publicar este álbum y sufrir relativamente pocas consecuencias negativas? ¿Es este un caso excepcional o puede ser realizado por cualquier artista bajo contrato discográfico en esta era digital?
De partida, la manera en la que Death Grips saboteó a su compañía, pudo darse solo en esta época, la del internet. Antes de la distribución digital, el lanzar un álbum de manera autónoma y efectiva era mucho más difícil para el artista promedio: grandes cantidades de capital y contactos eran requeridos para crear, vender y distribuir copias físicas de álbumes tales como LPs y CDs, factor que hacía aún más difícil la difusión de la música.
La divergencia entre la autonomía de la banda y las obligaciones de contrato hacia Epic Records, proveen de antecedentes que sirven para comprender el tema ya planteado. Resulta interesante el hecho de que una banda con un poder social y económico tan reducido, viole abiertamente su contrato con una compañía con de gran poder, sin experimentar castigos o la presión de renegociar.
Al lanzar el álbum de manera gratuita y sin el permiso de su sello, Death Grips violó los términos claves de su contrato de una manera altamente publicitada y espectacular. El día que NLDW fue publicado, Billboard reportó que el grupo acumuló más de 30 millones de descargas de archivos a través de BitTorrent la primera mitad del 2012.
Cuando el álbum fue publicado, se esparció rápidamente en las manos de miles de fans, haciendo imposible la labor de Epic al reclamar el copyright, problema con el que la industria ha estado luchando desde la proliferación de plataformas de información compartida tales como Napster, por ejemplo.
Y esta violación al contrato tuvo sus consecuencias, ya que luego de que el trío lanzara su álbum y  publicara emails privados de la discográfica, fueron rápidamente despedidos por Epic Records, los cuales dieron el siguiente comunicado:
“Epic Records is a music first company that breaks new artists. That is our mission and our mandate. Unfortunately, when marketing and publicity stunts trump the actual music, we must remind ourselves of our core values. To that end, effective immediately, we are working to dissolve our relationship with Death Grips. We wish them well.”
El debate sobre si esto fue un truco publicitario o no, es algo que va apegado a la vibra antisistémica de estos artistas, frecuentemente descrita como una mezcla entre punk, hip-hop y noise, con una temática que alude al nihilismo, sadomasoquismo, muerte y abuso de drogas.
En la actualidad un artista o un consumidor pude crear  casi infinitas copias de su álbum disponible y lanzarlo online con una relativa facilidad y muy poco dinero.
Gracias a las redes sociales, se están estableciendo nuevos parámetros cuando se desafía lo que ya conocemos en las relaciones de dominio y explotación. Este caso es un gran ejemplo del alzamiento en la industria cultural, el cual altera el funcionamiento de los contratos en la industria musical, los derechos del autor, la propiedad intelectual, además de la desobediencia que afecta a los sellos discográficos.
Pero el álbum no solo representa un desacato civil y estética, ya que también elimina el concepto de propiedad y establece al artista como un trabajador completamente autónomo.
En conclusión, lo que No Love Deep Web revela es que ya no debería existir el miedo a las represalias económicas por el hecho de desobedecer a la discográfica.
En el contexto del internet y de la industria discográfica digitalizada, existe una potencial salida para los músicos, donde la música puede ser ampliamente publicitada sin tener que pasar por la larga cadena de terceros durante la producción y distribución del material.
Jaque mate, discográficas. 

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