Insidious: el suspenso hecho película

(Fotografía Gentileza de IMDb)

Escoger un título de terror, cuesta. Más que mal, todos son muy similares. Abundan los screemers, escenas donde alguien te asusta de la nada. Hay situaciones muy predecibles que te sugestionan para tener miedo, en unos filmes menor o mayormente logrado.

En este caso, se trata de la primera versión de Insidious. Una película que rompe con ciertos cánones del terror. Más bien, es un juego constante entre lo que está sucediendo y va a pasar. Una incertidumbre por lo que viene, pero con la certeza de que tendrá un buen final. Algo extraño.

Muchas veces, tragarse una trama de miedo es difícil. Más aún, cuando se sabe que todo lo que aparece ahí no es real. Sin embargo, acá la cosa posee un híbrido particular. ¿Qué es lo que distingue a Insiduos del resto de las películas? Una interrogante que puede tener una sola respuesta: la intriga.

La historia cuenta sobre un chico que abandona su cuerpo a través de los sueños, conocido fenómeno llamado “Desdoblamiento”. Entra en un mundo nuevo, parecido al real, pero con elementos distintos, tiempos diferentes y códigos completamente desconocidos. Se trata de una especie de hábitat para las almas sin hogar, que rondan en búsqueda de un cuerpo que les entregue vida.

Sobre este escenario, la película maneja la situación a destajo. Juego con el misterio sobre qué sucederá con el cuerpo. Todo el suspenso que genera la desaparición de “Dalton” (Ty Simpkins), forja un ambiente donde no hay que despegarse de la pantalla. Calculadamente, se trazan los componentes perfectos para situar de intriga un argumento más que atractivo.

Precisamente, el punto fuerte de la película. La capacidad de vincularse con la historia, enmarcarla en el género de terror, pero sin recaer en las herramientas clásicas y más que explotadas. De cierta manera, se juega con las especulaciones, elemento que propicia el camino ideal para el desarrollo de la trama.

Pese a no tener los mejores efectos, ni destacar por la banda sonora, la película en su totalidad presenta una propuesta atractiva. Interesante. Donde el miedo lo siembra la incertidumbre, y el miedo provoca incertidumbre a su vez. Un choque constante entre ambos conceptos.    

Y mientras más avanza la película, queda demostrado lo anterior. Se provoca intriga ligada al viaje astral, supeditado por el desconocimiento total de cómo se efectuaban los recorridos entre un mundo y otro. En algún momento, se piensa que el joven estaba en coma, pero como el espectador sabe que hay un ente maligno de por medio, la expectación aumenta.

La aparición de Elise (Lin Shaye), una experta en fenómenos de este tipo, despeja un poco este panorama. El padre del chico deberá ir a buscarlo, pues el niño se extravió en el camino, y él ese el único que lo puede salvar. En este punto, el argumento cobra su punto más álgido. Se mezclan ambos mundos, donde la trama deja expectante. Nuevamente, la intriga se apodera del filme, y todos los sentidos se agolpan frente al televisor.

Se comienza a vivir un enfrentamiento entre el bien y el mal. Entre lo conocido y lo desconocido, motivado por la incursión involuntaria de Dalton a un lugar inexplorado y peligroso. La participación del padre será clave para tratar de resolver el entuerto, pero las cosas no saldrán del todo bien y el suspenso volverá a jugar un rol clave dentro del filme.

En líneas generales, se trata de una película que recopila e incorpora nuevas técnicas de terror. Busca formas innovadoras de asustar sin recaer en viejas tácticas, influenciado en captar la atención de la audiencia y dejarla inmersa en qué sucederá con el destino de Dalton.


Por Sebastián Galleguillos.
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FICHA TÉCNICA
Nombre: Insidious
Director: James Wan
Duración: 102 minutos
Año: 2010
Tráiler: 


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