La Plaza Yungay: un lugar donde la multiculturalidad y la diversidad conviven día a día

Por Marcela Carrillo F.

La Plaza Yungay queda ubicada en la comuna de Santiago Centro, a pocas cuadras de la estación de metro Cumming, en el barrio antiguo de la ciudad.
Este lugar está rodeado de locales comerciales, entre ellos un supermercado, locales de comida rápida, negocios de barrio, una iglesia, locales de shushi, un pub, departamentos y algunas estructuras que están al borde del derrumbe. Desde el contexto en que se ubica, comienza la diversidad y la multiculturalidad.

Al barrio Yungay han llegado diversas culturas producto de la migración, en la zona puedes encontrar personas brasileñas, haitianas, peruanas, bolivianas, dominicanas, también hay europeos, gringos, literalmente hay de todo.

En la plaza, se concentra la mayor parte de la gente que habita el barrio y varios que lo visitan. La primera vez que estuve en la plaza mi impresión fue total, ya que nunca había visto en un lugar tan pequeño tanta diversidad, ahora me explicaré.

En la plaza no solo puedes encontrar extranjeros de muchos lados del mundo, también chilenos y muy particulares. En ella puedes ver como comparten el mismo lugar personas que van a pasear a sus mascotas, niños jugando con las palomas que se concentran en el centro de la plazuela, abuelos mirando como sus nietos se divierten y otros paseando en pareja, jóvenes compartiendo un vino y quizás hasta algunas finas hierbas, personas de mediana edad y con mucho tiempo de ocio bebiendo alcohol hasta el borde de la borrachera, familias que después de comprar lo necesario para la once pasan a descansar y tomar un jugo en las bancas, gente en situación de calle que utiliza ese espacio como su casa, alguno que otro que se dedica a vender sustancias ilícitas, literalmente hay de todo lo que te puedas imaginar.

Pero no todo termina ahí, a veces también hacen unas llamativas ferias, donde los vecinos del sector levantan un puesto para vender sus productos, que en la mayoría de los casos son elaborados por ellos mismos, otros se preocupan de el bienestar de las mascotas teniendo para la venta todo lo que necesites para tu amigo fiel, en estos puestos también hay muchos animalitos que esperan ser adoptados por una familia de gran corazón. En la feria también hay un espacio para los que quieran vender ropa usada. También hay músicos que quieren entregar su talento a los asistentes del lugar y se conectan no sé cómo, pero logran tener una gran amplificación, la mayoría del tiempo suena música funk o algún rock.

En otras oportunidades, un espacio de la plaza es ocupado por personas que tocan y bailan danza africana, realmente llamativo para los que siempre rodean el lugar y aprovechan el ritmo para hacer todo lo antes mencionado; disfrutar, beber, fumar, carretear.

Pero no todo es diversión en este lugar, es muy común ver que van grupos de personas que siguen alguna religión salgan a predicar, cantar sus creaciones musicales donde Dios es el protagonista, tratar de enseñar sus creencias, pero siempre con respeto. Están un rato y se van.
Lo que más me sorprendió de todo lo antes mencionado, es que todas las personas respetan el espacio y no hay mayores conflictos, pareciera que hay una especie de complicidad entre todos los vecinos del sector y hagan lo que hagan lo hacen sin molestar mayormente a los demás.


En este lugar no solo existe la diversidad, el respeto y la multiculturalidad, también se vive y se siente la autenticidad del lugar. 

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