La ruta rápida de Santiago: Parte I

Por Oscar Garrido Aravena
Iniciar un recorrido que permita entregar distintas versiones del sándwich santiaguino no puede sino partir en un centro comercial. Aquel lugar en el que difícilmente imaginaríamos encontrar buena comida pero que, excepcionalmente, la tiene.
No recuerdo si fue un día de
compras o después del cine, cuando encontramos La Sanguchera del Barrio en el
quinto piso del Costanera Center. Es un estratégico local de comida rápida, que
entrega variadas ofertas de ingredientes y panes.
Su formato es simple. Los sándwiches, acompañamientos y bebestibles tienen valores
individuales, pero también hay promociones que incluyen todo por un precio menor. Ya
posicionados en nuestra mesa, elegí sin demora la Mechada con todo que tenía
lechuga orgánica, palta, carne mechada, salsa criolla y mayonesa, todo en una crujiente
marraqueta.
Acá la sorpresa. La carne no es
protagonista en este sándwich. Sin tener un mal sabor, no destaca. Es más bien
el limón de la salsa combinado con la mayonesa, lo que hace de esta, una gran
preparación. Ella pidió una opción que incluía pescado. Obviamente me negué a
probar.
Además, escogimos Papas fritas
del barrio y Papa al horno La Sanguchera como acompañamientos. Las primeras,
solo se diferencian de las tradicionales porque incluyen merkén. La papa al horno llegó caliente,
con un corte encima que dejaba caer mantequilla derritiéndose, todo en un vaso
de cartón. No olvidemos que seguimos en el mall. En uno de los pasillos cercanos, alguien ya debe haber derramado un helado.
Es un buen momento para destacar
que, cada preparación es con un pan distinto, pero que puede ser cambiado según el gusto de cada uno. Para beber, tuvimos la gran idea de pedir jugos. Quizás la
mejor decisión de la tarde, después de haber ingresado a este lugar con extrañas luces.
El Mino tiene maracuyá, mango,
piña y menta. El Coqueto, mango, piña naranja y limón. Difícilmente podría
acotar con certeza cuál era el mejor. Son naturales, hechos en el momento y
afortunadamente servidos en vasos generosos. También hay bebidas, chicha
morada, limonadas y otras mezclas de frutas.
La oferta de postres no es muy
variada y seguramente responde a que es difícil quedar con ganas de uno. De
todas formas, los alfajores son pequeños y entregan el toque dulce que se busca hacia el final de la comida.
En definitiva, La Sanguchera del Barrio es una gran opción para comer dentro de un mall. El ambiente y
la decoración es muy atractiva. En algunos momentos hay que esperar para ocupar una mesa, pero vale la pena. La relación precio-calidad y
sus múltiples opciones en el menú hacen del lugar una opción segura y sin
mucho espacio para que algo salga mal.



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