Peppa pig: derribando estereotipos

Desde hace algunos años, la televisión le ha quitado un espacio importante al área infantil. Son pocos los canales que transmiten señales exclusivas para los más pequeños. Es una pena que solo quienes pueden acceder a la tv cable tengan la posibilidad de disfrutar un monito animado. Dentro de esta búsqueda insaciable por algo que distraiga un segundo a los niños, se encuentra Peppa Pig.

Una cerdita rosada (quienes hicieron las animaciones nunca han visto un cerdo, no saben de qué color son) nos cuenta las aventuras que vive cotidianamente con su familia. Una voz un poco chillona que estremece a los padres, pero que cumple la función de entretener a los chicos. En Chile, lleva alrededor de 4 años siendo la serie del momento. Todos la conocen, hasta quienes no tienen hijos. Todos hemos escuchado la voz de Peppa. Todos tenemos una imagen mental de quien es Peppa.

La historia parece bastante superficial. Una serie protagonizada por animales en la cual los niños juegan y los adultos trabajan. Peppa tiene a su familia y un círculo importante de amigos. Es un poco traviesa y curiosa. Está en constante descubrimiento y aprendizaje. ¿No suena como cualquier niño? Eso es lo interesante. Es una niña común y corriente. Pero tal vez es necesario darle una vuelta más.

Más allá de lo básico, es llamativo el trasfondo de la vida de esta cerdita y como se desenvuelve su entorno. Ella es la hermana mayor de George, un cerdito pequeño inquieto y juguetón. Peppa lo cuida, lo protege, lo acompaña. Juegan juntos, van a la misma guardería y jamás discuten. Su vínculo de hermanos es sumamente potente y proyecta una muy buena moraleja para los niños.

Peppa le lee un cuento a su hermanito George.

El segundo punto es la distribución de roles. Mamá cerdita también trabaja, aunque no en todos  los capítulos se señale. Lo hace desde la computadora de su hogar, aportando económicamente a la familia. Papá cerdito, aparte de trabajar en una oficina, también realiza labores domésticas. Cocina, lava, baña a los niños, los acuesta. En las niñas y niños también se visualiza, ya que ambos hacen las mismas actividades. No existe discriminación sexista. No hay cosas de hombres y cosas de mujeres. Papá cerdito puede usar una camiseta rosa sin que nadie le diga que ese es un color de niña.

Papá cerdito cocina junto a su familia.

Ya en el tercer punto, aparece un tema muy relevante socialmente y que ha generado bastante controversia, sobre todo en nuestro país, en los últimos años. Aunque Peppa tiene mamá y papá, no todos sus amigos tienen familias constituidas de la misma forma. Hay algunos que solo tienen mamá. Otros solo con papá. Otros que, además, incluyen a sus abuelitos en el círculo familiar (que se entienda como el núcleo con quien se comparte un hogar, no como el vínculo sanguíneo). Lo principal, es que esto jamás es tema. No hay un cuestionamiento exhaustivo sobre la paternidad y la maternidad. Todas las familias son igual de válidas y no necesitan ser analizadas.

En la imagen se logra apreciar que no todos los animales se presentan en ambos sexos. En algunos casos hay solo mamá y, en otros, solo papá.

El cuarto punto se relaciona con la amistad. Este es uno de los elementos más importantes que se enseña a través de la serie. Todos los niños son amigos. No se molestan, no se humillan, no se ponen apodos, no se hacen groserías. Juegan juntos, realizan todo tipo de actividades en conjunto y se valoran unos a otros. Aprenden a compartir, a disculparse cuando cometen errores, aceptar las diferencias que hay entre ellos y, por sobre todo, a ser solidarios. No hay diferencias. No hay ningún tipo de superioridad. Cada uno es capaz de reconocer al otro y reconocerse a si mismos como miembros de un grupo. 

Se refuerza la idea del aprendizaje colectivo, en que todos tienen algo que enseñar y todos tienen algo que aprender. Además, se destacan los talentos de cada uno, demostrando que todos los niños tienen algo importante que aportar al resto. Los adultos fortalecen estas relaciones y los alientan a seguir unidos.

Peppa y sus amigos juegan juntos fútbol.

Aunque todo pareciera ser una maravilla, Peppa Pig también ha cometido errores. Uno de los episodios más criticados fue en el cual se hace un llamado a no temerle a las arañas. Pero Peppa es consciente y escuchó estas preocupaciones. El capítulo fue sacado del aire y la producción emitió un comunicado pidiendo las disculpas correspondientes y señalando que en ningún momento su intención fue generar algún riesgo para la salud de los niños. Otro conflicto tuvo que ver con que Peppa y sus amigos no utilizaban cascos cuando paseaban en bicicleta o cinturones de seguridad cuando se desplazaban en automóvil. Ante esto, se tomaron las medidas correspondientes y en las siguientes temporadas, la cerdita se trasladaba de manera segura y protegida gracias a la buena recepción de las críticas por parte del equipo de producción.

Se entiende que a los padres los aburra la chanchita rosada, pero dentro del escaso abanico de posibilidades presentes en la televisión, Peppa pig es lejos una de las mejores creaciones en los últimos años. Niños felices y padres tranquilos. Esta pequeña niña les enseña valores, les da consejos y los alienta a desarrollar una cantidad infinita de habilidades. Fortalece el lenguaje. Enseña idiomas, deportes, música.

Hemos dedicado años a criticar las animaciones violentas, agresivas, vulgares y sin ningún fin educativo, que llegó el momento de destacar algo que está al alcance de todos (o casi todos). Millones de estrellas para Peppa, uno de los monitos más inclusivos que nos ofrece la pantalla chica.

Para quienes nunca han visto a esta extrovertida cerdita, les dejo un capítulo que es fiel reflejo de todo lo antes descrito:



Por Renata Valenzuela

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